Marcos, 16 años
"Desde hace un tiempo me daba un poco de vergüenza sonreír porque tenía algunos dientes un poco torcidos. Al principio no estaba muy convencido de hacerme nada, pero tras hablar con el dentista y ver cómo el tratamiento no era para nada invasivo, me animé. En las consultas, me explicaron todo de forma sencilla para que no me quedaran dudas, y en ningún momento sentí presión. La paciencia y el apoyo del equipo fueron esenciales para que me sintiera seguro. Poco a poco fui notando los cambios, y cada vez estaba más contento con los resultados. Hoy puedo decir que me siento mucho más seguro con mi sonrisa, algo que ha hecho una gran diferencia en mi día a día. Estoy muy agradecido por el trabajo que hicieron conmigo, y también mis padres están encantados con el trato tan profesional que nos dieron desde el primer momento. ¡Mil gracias a todos!"
